LA MUSA, MI MUSA

Hay veces en que no sentirse inspirado te hace sentir culpable. Hay veces en que cuando tu existencia no tiene la suficiente diversidad de vivencias, no es lo suficientemente relevante como para crear algo significativo. O peor aun, cuando la única musa que a veces te llega a abordar en alguna noche de soledad, fría y aburrida, solo te deja mediocres retazos de lo pudo haber sido algo bueno. Esa maldita musa que por años solo llegaba en medio de la noche tocarme tras la oreja, a picarme las costillas, como incitándome a crear, cuando la muy perra solo dejaba caer su baba sobre las hojas frías de un cuaderno que asimilaba al maple en otoño. La misma musa que al pensarme distraído se ha llevado su sorpresa, cuando tomándola de los pies, con mi iracundo semblante, la he arrojado hasta el suelo para hacerle lo que tanto he deseado con rabia acumulada de mortal...

...AHORA ERES MIA RAMERA, MIA!

hhmmm, tal vez suene a misoginia, o probablemente me haga ver como un macho denigrante, pero como no tratarla con desprecio si le encanta, así cual ninfa se me entrega por la fuerza diciendo: NO!.. y dándose en totalidad somera. Ah como lo disfruta, así me baña con su sudor lleno de pasión, así me absorbe llevándose la cotidianidad aburrida, así me le entrego yo, cual sátiro que la asedia en los bosques entrevados... y así desgastada, agotada de trasnochar, se queda vacía, inerte por que me ha dado lo que yo buscaba, me ha dejado satisfecho, y solo en ese momento, después de menguar sus fuerzas... nace mi obra, mi orgullo, la mía entrega, completa pasión, que me aleja del ser atorrante, que se postraba con su lápiz somnoliento durante eternas veladas vacías de esperar... Así termino, al amanecer, con las uñas desgastadas de arrancarle la piel a mi musa, a mi adorada, la ramera, la que se me entrega cuando le da la gana, cuando no me lo espero, cuando me hace creer que tengo el control, y lo disfruta viendo como me golpea el sol en mi desvelo que me deja tácito, disfrutando el sabor del excedente de su sangre, en mi boca, satisfecho pero en melancolía, por que me ha dejando con una cuestión inminente:

...CUANDO VOLVERAS, MI MUSA AMADA?